Es difícil valorar lo acertado o no de esta decisión sin conocer las que se tomen en los próximos días: Como su sustituto en el banquillo (Benítez no por favor), o la salida (o no) de los verdaderos culpables de esta situación, como son los jugadores. Por tanto dejaremos el análisis para cuando haya una situación algo más definida al respecto.
Ya se ha hablado largo y tendido de todos los errores que ha podido cometer Ancelotti al frente del banquillo, los cuales desde mi punto de vista eran motivo suficiente para su destitución, por lo que una vez confirmada su marcha no es necesario insistir sobre ello. En su lugar quiero reconocer sus méritos en estas dos temporadas como técnico madridista.
El primero y más importante es aquel cuyo aniversario celebramos el domingo: La consecución de la Décima, el italiano tendrá el honor de figurar en la historia madridista como el entrenador que conquistó el tan ansiado trofeo. Y lo hizo armando un equipo que dominó de forma aplastante durante casi toda la competición (con excepción de la pesadilla de Dortmund), con exhibiciones como las demostradas en Gelsenkirchen o en Munich.
Otro de sus méritos ha sido el buen juego desplegado durante varios tramos de su estancia, ya sea con el estilo más vertical de su primera temporada como con la reinvención del mismo para desarrollar el Madrid de los Puentes, que maravilló al inicio de este curso. Tristemente, y esto ha sido por fallos tanto propios como ajenos, el juego no se ha visto traducido en títulos.
Tal vez sea el motivo menos importante, pero también es digno de mención la actitud de Ancelotti en todo lo referente a temas extradeportivos. Está claro que se buscaba una persona de carácter tranquilo para buscar un poco de serenidad institucional en el club; y a excepción de los último meses, en los que ha habido una sensación de descontrol, lo ha conseguido. Ha sabido gestionar egos y encontrar hueco a las estrellas, muchas veces reinventando posiciones con un gran rendimiento individual de las mismas. Y todo ello sin estridencias, lo cual le ha venido bastante bien al club durante la mayor parte de su etapa.
Estos han sido los principales aciertos de Ancelotti en su etapa blanca, que ha tenido prácticamente de todo. Creo que gran parte del madridismo, tanto si está de acuerdo con su salida como si no, recordará a Carlo con aprecio, tanto por su actitud como por sus logros. Así que por mi parte sólo queda darle las gracias por lo que nos ha dado y desearle la mejor de las suertes en sus próximas etapas, siempre y cuando no sea contra nosotros.
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