martes, 23 de junio de 2015

El "madridismo" de Ramos

Parece que este verano será un verano excepcional en cuanto a culebrones para el madridismo. Desafortunadamente no es porque nos hayamos librado de ellos (más quisiera) si no porque este año la controversia, real, inventada o exagerada, parece que se centra más en las salidas que en las nuevas incorporaciones del equipo. Y es que cuando parece que, un año tarde, va a ponerse punto y final a la neglicencia deportiva de la portería nuestro segundo "capitán" Sergio Ramos, en un alarde de inteligencia, respeto al club y liderazgo no deja de mandar mensajes a través de su hermano y representante con el objetivo de conseguir una subida de sueldo.

Por lo que ambas partes filtran a la prensa, los términos de la mejora de contrato (un contrato al que, no olvidemos, le quedan todavía dos años) son una extensión de 3 temporadas más y una subida de sueldo de 6 a 10 millones netos (lo que para el club aproximadamente supone 20), por lo que el central sevillano se plantaría con 34 años y un contrato difícilmente asumible por ningún equipo.

Por supuesto contra el vicio de pedir está la virtud de no dar, y la verdad es que hay razones de todo tipo para justificar la negativa a las peticiones del jugador. El primero y más importante es el deportivo: No parece muy inteligente lastrar a la plantilla con un jugador que principalmente vive de su físico (tácticamente es un desastre y su salida de balón es mediocre) a punto de entrar en la treintena y con un presumible declive de sus capacidades, su contrato haría imposible cualquier maniobra para desprenderse del jugador ante este más que probable descenso de su nivel. El segundo es de índole disciplinaria: Ese contrato, unida a su inmerecida capitanía y su ascendencia mediática otorgaría al jugador un poder en el vestuario demasiado grande, lo que dificultaría la tarea del nuevo entrenador, Rafa Benítez, de hacerse con las riendas del grupo, puesto que tendría que preocuparse de manejar el peso específico de Ramos. Por último, por un simple criterio de exigencia y profesionalidad me parecería indecente renovar a un jugador a alza justo cuando acaba de firmar una de sus peores temporadas en el equipo. Ramos sale en la foto de todos y cada uno de los títulos perdidos esta temporada, él solito tiró la eliminatoria de copa contra el Aleti, sus errores varios tanto al principio como al final de temporada (rematado todo con un horrendo partido en el Camp Nou) han sido decisivos en la pérdida del título de liga, y es responsable directo con su relajación (reconocida por él mismo en rueda de prensa) de la eliminación de Champions ante la Juve. Si hay que renovar el contrato de Sergio Ramos de alguna manera es a la baja.

Para justificar la renovación de Ramos se pueden utilizar los ya tan manidos argumentos del señorío, de cuidar a los emblemas y el "con lo que nos ha dado". Sinceramente, ya lo dice el himno de la Décima: "historia por hacer", esto es el Madrid, y si se quiere ser el mejor club del mundo la exigencia deber ser máxima, de lo contrario aspiraremos a ser como otros grandes clubes que han acabado convirtiéndose en cementerios de elefantes o en equipos mediocres que luchan por entrar en Europa, como el Liverpool o el Milan. Eso sí, con una imagen y un bienquedismo con sus veteranos impecables, los títulos no que ya se los llevan otros.

Además de todos los motivos que puede haber para no renovarle, la actitud del jugador ha dejado bien claro lo que siente y le importa el escudo que lleva en el pecho y al que dice defender como capitán. Su pataleta por no conseguir algo que no se ha ganado en el campo le ha llevado a filtrar todo tipo de informaciones, llegando incluso a insinuarse como reclamo electoral barcelonista. Por supuesto esto ha sido justificado de forma surrealista por sus partidarios en prensa, llegando incluso a decir que el Madrid debería desmentir esos rumores, rumores que no olvidemos afectan AL JUGADOR mientras él y su hermano siguen intoxicando. Ante todo esto convendría recordarle al Ramos un par de frases de aquél que nos hizo lo que somos como club, Santiago Bernabéu.
" El que sale del Real Madrid por su propia voluntad es para no volver mas".
" El que esta a disgusto en el Real Madrid tiene las puertas abiertas".

Que se aplique el cuento, porque nosotros, con Ramos o sin él, seguiremos siendo grandes. Pero él tal vez no lo sea tanto.

miércoles, 3 de junio de 2015

Bienvenido Rafa

Acaba de hacerse oficial la  noticia de que Rafa Benítez será el nuevo entrenador del Madrid esta temporada, ocupando así el lugar de Carlo Ancelotti al frente del banquillo blanco.

Benítez no era, ni de lejos, la opción preferida por gran parte del madridismo (entre los que me incluyo), pero ha sido la opción escogida por el club, por lo que no queda otra que desearle todo lo mejor en esta etapa, y confíar en que esté lo más acertado posible en su trabajo. Y es que si hay algo que el nuevo técnico blanco garantiza es eso: trabajo y dedicación hasta límites obsesivos, algo a lo que hay que sumar un sentimiento madridista que ha quedado demostrado en su discurso de presentación. Precisamente su punto fuerte, su ética del trabajo, parece que le sitúa en una posición de conflicto con algunos pesos pesados de la plantilla (como el bocazas de Ramos); esta circunstancia puede acabar siendo beneficiosa para el club, en la medida en la que sirva para sacar a la luz el carácter poco competitivo que se ha instalado en el vestuario. También es un punto positivo el hecho de que es un técnico de cantera; aplicando esto al Madrid podemos extraer dos lecturas: La primera es que difícilmente podrá desarrollar esa idea aquí, viendo el escaso nivel mostrado por el Castilla esta temporada, y la segunda es que cuidará la evolución de los jóvenes fichajes realizados por el club (Asensio, Odergaard, Pieters etc).

La principal razón por la que el madridismo no se ha sentido atraído por Benítez es la trayectoria descendente de su carrera; desde sus grandes éxitos al frente del Valencia, culminados con la Champions League al frente del Liverpool, los resultados del técnico han ido claramente a menos, sus reds campeones de Europa acabaron bajando el nivel drásticamente en las temporadas siguientes, así como el inter post-Mourinho donde recaló después. Se puede decir que salvó los muebles al frente del Chelsea consiguiendo un trofeo menor como la Europa League y clasificando al equipo como terecero, y finalmente su etapa en el Nápoles ha sido bastante mediocre, sin dar el salto de calidad que se esperaba en el equipo del sur de Italia tras la salida de Mazzarri. También se le achaca su juego defensivo, algo que creo que se corresponde más con el tipo de plantillas que ha tenido que con otra cosa, además bien ejecutado, el contragolpe y el ritmo rápido puede ser un estilo que saque lo mejor del equipo, por lo que al menos en este aspecto creo que se merece el beneficio de la duda, y habrá que esperar a ver cómo desarrolla su idea de juego.

Por último, y como ya he mencionado anteriormente, está el tema de su relación personal con el vestuario. No parece que sea un hombre con mucha mano izquierda, a tenor de lo que dicen los jugadores a los que ha entrenado, y parece que esto le puede conducir a conflictos con las estrellas. Dosificar a Cristiano, gestionar el tema de la portería y mantener el nivel de exigencia y regularidad de algunos jugadores (Marcelo, Ramos o Benzema son ejemplos claros) son los temas más espinosos en lo que a gestión de grupo se refiere. Aquí parece probable que cuente con el apoyo de un sector cada vez más mayoritario de la afición, que parece cansarse de aguantar el bajo nivel competitivo de una plantilla que debería dar mucho más de sí. Esperemos que también cuente con el respaldo del presidente en este sentido.

En resumen, estos son los aspectos que, a priori, enmarcan la llegada de Benítez al Real Madrid. Ahora sólo queda olvidar si fue o no la opción preferida y comenzar a juzgarle por lo que logre en nuestro club, deseándole siempre la mejor de las suertes porque, al fin y al cabo, su suerte será la nuestra.