martes, 12 de enero de 2016

Qué esperar de Zidane

Tras la destitución de Rafa Benítez, el club confirmó de manera inmediata a Zinedine Zidane como técnico madridista por lo que queda de ésta temporada y la siguiente, dando la oportunidad al mito madridista de estrenarse como entrenador de un primer equipo. Como era de esperar, el técnico francés ha sido bien recibido de forma unánime por la afición, al contrario que su predecesor en el cargo, pero realmente hay muy pocos precedentes sobre la labor de Zizou como entrenador. Siendo la temporada y media que lleva en el Castilla y su experiencia como segundo de Ancelotti las únicas referencias para valorarle. Para esto dividiremos su posible aportación al equipo en dos aspectos: el deportivo (puramente táctico y de preparación) y el extradeportivo (ambiente, situación institucional y trato con la prensa).

A nivel extradeportivo es de esperar que la llegada Zidane calme un poco las cosas. Por su status dentro del mundo del fútbol y por haber formado parte del cuerpo técnico en la mejor temporada reciente, consiguiendo la Décima y la Copa del Rey, es de esperar que goze de un mayor respeto por parte de la plantilla, una plantilla que en ningún momento confió en Benítez ni creyó en él. Ésto es triste porque demuestra una falta de profesionalidad bastante grande por parte de los jugadores, que por otra parte no deberían confiarse mucho, pues parece claro que si el madridismo, tanto club como afición, tiene que elegir entre ellos o Zidane no salen muy bien parados. Como ya he dicho, también contará de entrada con el apoyo de la afición, y es que parece imposible encontrar un solo madridista que no guarde un buen recuerdo de Zidane como jugador, por lo que el crédito inicial del francés será mayor del que tuvo su predecesor, muy discutido por buena parte de la hinchada desde el día en que llegó. Finalmente, a nivel institucional su llegada será bastante positiva, ya que dentro del club será unánimemente respaldado a todos los niveles, y de puertas para fuera su relación con la prensa parece que será casi tan distante como en su época de jugador, aunque ya ha demostrado que si tiene que parar los pies a preguntas malintencionadas y manipulaciones varias a las que acostumbran los ciudadanos periodistas no le temblará el pulso. Además, estos periodistas que con tanto ahínco machacan a cualquiera que se siente en el banquillo blanco tendrán que frenar la virulencia de sus ataques, si no quieren ponerse al aficionado en contra, algo que, por otra parte, debería haber ocurrido hace tiempo si tenemos en cuenta el antimadridismo reinante en los medios.

La cuestión deportiva es toda una incógnita, puesto que lo visto en el Castilla se antoja como una referencia escasa y que no tiene nada que ver con lo que puede aportar al primer equipo. Si nos atenemos a lo visto ante el Deportivo, parece que su equipo estará entre lo visto estos dos años pasados con Ancelotti: El esquema variable (4-3-3 en ataque estático y 4-4-2 con Bale ayudando en fase defensiva e iniciando contras desde más atrás) y la verticalidad al pasar de 3/4 de campo vistos en la primera temporada, que coincidió con el propio Zidane como segundo de Ancelotti, y la salida de balón pausada y segura que permita al equipo instalarse en campo contrario, utilizando a los laterales para construir juego que vimos en el tramo inicial de la temporada pasada, aunque a diferencia de ésta se pudo detectar un mayor ánimo de presionar tras pérdida aprovechando el buen posicionamiento del equipo tras la fase ofensiva, aunque esto bien podría deberse al cambio de actitud de los jugadores, que nunca se han mostrado muy dispuestos a realizar esta presión de forma efectiva. A nivel individual se espera que se potencie la figura del mediapunta, con Isco y James como principales beneficiados de esto, ya que si bien partirán como interiores en el 4-3-3 tendrán bastante más libertad de movimientos a la hora de atacar, apareciendo en la frontal del área y asociándose con la BBC. Otros jugadores que pueden verse potenciados por su nuevo entrenador son aquellos que disfrutaron de trabajo específico durante su época con Ancelotti, como Jesé (que volvió a disfrutar de minutos) Varane o Benzema (que cuentan con la máxima confianza del técnico).

Por supuesto hay que poner todo esto en cuarentena, ya que sólo llevamos un partido y apenas una semana con Zidane al mando. Pero si todos estos pronósticos se cumplen, y los jugadores deciden creer en su entrenador, o al menos ser profesionales, la situación del equipo mejorará y quizás incluso se pueda aspirar a conseguir algún título. Sólo queda desearle a Zizou la mejor de las suertes en su etapa como técnico, no ya porque su suerte será la nuestra si no porque, como icono madridista, merece triunfar aquí y probablemente a todos nos alegre que lo logre.

jueves, 7 de enero de 2016

Adiós Rafa

Tras el empate en Mestalla del fin de semana pasado se consumó una noticia que se venía presumiendo desde hace varias jornadas: La destitución de Rafa Benítez como entrenador madridista.

Si analizamos la trayectoria del técnico en el banquillo madridista se puede observar que, por mucho que algunos quisiéramos darle crédito, era difícil que ésta tuviera un final feliz. El bueno de Benítez no ha encontrado nada más que obstáculos desde que aterrizó en el banquillo madridista: La prensa, tan miserable como siempre, pasó de alabarle (han pasado años colocándole como futurible para el Madrid) a menospreciarle desde el momento que firmó, tachándole de mediocre y aburrido. La propia afición, que no confió en él (en muchos casos por no llevarse bien con el ídolo de algunos Mourinho), y lo que es más importante, los jugadores, en un alarde de profesionalidad, han intentado boicotearle desde que llegó, como evidencian las palabras del "capitán" Ramos en verano diciendo que quería a Ancelotti.

Son precisamente estos últimos, los jugadores, los que para mí son los principales responsables de la situación. Salvo excepciones, los pesos pesados de la plantilla han tenido como principal objetivo librarse de un entrenador metódico, que estaba encima de ellos y les exigía comportarse como lo que se espera que sean: profesionales de élite. Un entrenador que les exigía esfuerzo y sacrificio en el campo, y que no se limitaba con dejarles vivir de su talento (cosa que resultó insuficiente, vistos los resultados de la temporada pasada). Estos jugadores, que sólo muestran competitividad a la hora de enfrentarse a entrenadores y ponerse por encima del club, son los principales responsables del fracaso de un proyecto deportivo al que decidieron condenar nada más nacer.

Por supuesto el vestuario no es el único culpable, al propio Benítez se le ha visto superado por la situación, dando bandazos muy alejados para el sentido del orden que se le supone, no ha conseguido imponer su criterio ni hacerse con el control del vestuario, aunque como he dicho esto es dificilísimo, ni tampoco ganarse autoridad ante un presidente que tampoco se va de rositas, puesto que ha dejado que la situación se descontrole por mimar a este grupo de divas, cediendo ante chantajes y renovando a discrección a gente que no lo merece por rendimiento ni por actitud.

En resumen, todos estos factores se han unido para hacer fracasar a un entrenador que, como mínimo, vino con profesionalidad, ilusión y madridismo, cosas con las que muchos de los que siguen en el vestuario no pueden ni siquiera soñar.