martes, 27 de enero de 2015

Gareth el "intrascendente"

Pongámonos en situación: Partido ante el Espanyol del 10 de enero, con 2-0 en el marcador Bale falla una ocasión clara por jugársela él en lugar de pasarle el balón a Cristiano, que responde con un mal gesto, y se provoca una situación que roza lo surrealista: el Bernabéu pitando al jugador que minutos antes decidió el choque con un gran pase y un golazo de falta.
Esta situación de incertidumbre con respecto a Gareth Bale viene de lejos, pues los aficionados estamos hartos de oír que el galés no aporta nada al juego, que es una pieza prescindible en el ataque blanco o que debería ser relegado al banquillo, primero por Isco, luego por James y ahora por la vuelta de Modric. Pero debemos preguntarnos el por qué de estos ataques y si realmente tienen justificación.

Con respecto a lo segundo: Está claro que Bale nunca será un creador de juego, no es Isco ni James, y parece que ciertos sectores de la afición, se niegan a verlo. El galés es un extremo puro y duro, un jugador cuya finalidad es romper defensas a base de desbordar, y a cuyas capacidades añade facilidad para el remate. NO ES un organizador, ni un mediapunta que se desempeñe en banda como podría ser Silva (por pner un ejemplo). Y es que parece que la tiranía del "tiqui-taca" nos impone que cualquier jugador que juegue por delante del centro del campo tiene que mantener la posesión como objetivo principal, o incluso único, si vemos que jugadores como Iniesta llevan 0 goles y 0 asistencias esta temporada.

Una vez aclarado el papel de Gareth en el equipo, la de finalizador, vamos a juzgar cómo se desempeña en la misma: En la pasada temporada el galés participó en 44 partidos, anotando 22 goles (un gol cada dos partidos) y repartiendo 17 asistencias. Estas cifras están al alcance de pocos jugadores, especialmente si tenemos en cuenta sus problemas físicos, así como que llegó el último día de mercado y sin haber realizado pretemporada.
Como no se vive del pasado, por muy reciente que sea, miraremos también sus números en la temporada presente: Mantiene su promedio goleador (14 en 28 partidos) y ha empeorado ligeramente en cuanto asistencias.

Parece claro que para un jugador decisivo son unos números bastante buenos, y ya por sí mismos deberían valer para ahuyentar cualquier crítica en ese sentido, pero a éstos hay que añadir una cualidad que diferencia a los buenos jugadores de los cracks. Y es la capacidad de aparecer en los momentos de máxima relevancia, donde a otros les tiemblan las piernas, un ejemplo de ello es el último partido en Córdoba, donde Gareth salvó al equipo provocando una falta, que lanzada por él mismo significó el penalti que se encargó de transformar, todo ello con 10 jugadores en el minuto 88 de un partido que se escapaba. Por supuesto es imposible olvidar su participación en los dos momentos de la temporada pasada, ganando la final de Copa con una carrera espectacular (Bartra sigue buscando sus isquios por mestalla) y anotando el 2-1 en la final de Lisboa. Es esta capacidad para "salir en la foto" la que le define como un jugador único, y la que no se paga con dinero.

Por supuesto no es un jugador perfecto y en partidos más trabados se le puede echar en cara su falta de implicación defensiva, o su dificultad para jugar a pierna cambiada, aunque esto tendría fácil solución si jugara por la izquierda, pero aún así parece que las críticas que recibe el galés son bastante desproporcionadas con su desempeño en el campo, lo que nos lleva a pensar que la mayoría de las razones para la crítica vienen de fuera del terreno de juego. Razones de sobra conocidas por todos.

En resumen, mientras Bale siga regalando momentos como el pasado sábado, en el que un amigo culé me defendía que "no hace nada" un minuto antes de ganar el partido él solito, poca crítica merece, por mucho que no goze del apoyo mediático que puedan gozar otros. There will be haters.

0 comentarios:

Publicar un comentario